miércoles, 30 de junio de 2010

Trata de averiguar hasta qué punto estás encadenado a tu pasado. Todos los "Yo soy" autodestructivos provienen de estas cuatro frases neuróticas:

(1) "Así soy yo."

(2) "Yo siempre he sido así."

(3) "No puedo evitarlo."

(4) "Es mi carácter.

Ahí están todas en un paquetito. Las trabas que te impiden crecer, cambiar y hacer tu vida.

sábado, 22 de agosto de 2009

La familia disfuncional: cómo reconocerla y buscar ayuda.




Ser buen padre o buena madre es una tarea difícil. Es un trabajo diario que nunca termina. Es tal vez la tarea más ardua que realizará cualquiera de nosotros; porque implica estar mentalmente sano y dotado de paciencia en extremo. Se necesita saber satisfacer las propias necesidades con los propios recursos y tener, además una pareja que lo/la apoye a uno en el proceso.

Es sorprendente comprobar que en nuestra sociedad existe una sutil, pero cierta, exigencia que consiste en que, por el hecho de crearse un nuevo grupo familiar, sus miembros están obligados socialmente a criar a sus hijos de una manera "sana y exitosa" --- whatever that means….

Se espera que una vez constituida una familia, ésta, por sí sola pudiera lograr o debiera alcanzar el propósito señalado. Tal vez por esto, es que los jóvenes se lanzan poco precavidamente a formar nuevas familias, sin conocimientos o sin orientación.


Experiencias nutritivas y saludables


Pero, también es cierto que siempre se ha insistido en lo difícil que es ser padres, especialmente en los tiempos actuales.

De manera general puede afirmarse que las habilidades, las destrezas y competencias que cada pareja puede exhibir en la compleja tarea de ser padres y educar, depende muy importantemente del conjunto de experiencias nutritivas y saludables que cada miembro de la pareja, pueda haber tenido en su propia práctica de hijo/a dentro de una determinada familia.

Es como si cada uno de nosotros, en base a las costumbres de la niñez, dentro de nuestra familia, haya ido grabando su propio disco duro mental construyendo ese necesario padre/madre interior protector, habilidoso que en la vida adulta se va a exponer para guiar y formar a los hijos propios.

Pero no todas las personas tienen la suerte de grabar un disco duro mental saludable y creativo, que le sea efectivo más adelante para cumplir su rol paterno.

Es más, una gran mayoría de personas, de acuerdo a los resultados que vamos observando diariamente en los medios de comunicación, ha grabado un impresionante conjunto de mensajes contradictorios, confusos, defectuosos, negativos y poco sanos, que llevan al fracaso en la tarea encomendada: la de criar hijos sanos y felices --- por esa razón el mismo ciclo desacertado se perpetúa.


Una familia ineficiente y problemática


Cuando esto ocurre con ambos miembros o con los familiares cercanos, decimos que se ha creado una familia disfuncional, es decir una familia ineficiente, problemática, que no funcionará bien, porque no sustenta, no escucha, no incentiva, critica y manipula y por lo tanto: una familia que no realizará sus objetivos.

Una familia disfuncional tiene diversas características específicas, investigadas por los terapeutas familiares y otros especialistas en la materia.


Revisemos algunas de las características más centrales de estas familias:


1º.Dentro de una familia disfuncional existe una incapacidad para reconocer y satisfacer las necesidades emocionales básicas de cada uno de sus miembros; aunque pueda existir el deseo de encargarse y proteger a los niños, no se sabe o no se entiende claramente cómo hacerlo en una forma natural y espontánea. Ambos padres o uno de ellos se siente íntimamente presionado a cumplir con su tarea, y tal presión interna se convierte en ansiedad, en desasosiego y exigencias hacia el propio niño para que cumpla su desarrollo de acuerdo a lo que los padres esperan y no de acuerdo al ritmo natural evolutivo propio. Cuando esta presión interna es muy intensa y persistente, los participantes caen en la desesperación que suele convertirse en castigos físicos y/o malos tratos psicológicos que dañan profundamente la psiquis del niño o joven. Que lo confunden, lo angustian y lo atemorizan. Porque el niño necesita oír a su alrededor voces acogedoras, tiernas y tranquilas.


2º Los miembros de una familia disfuncional, generalmente son personas psicológicamente rígidas, exigentes, críticas y desalentadoras; que no pueden, no quieren, o no saben reforzar y recompensar cálidamente los logros paulatinos de los niños y premiar sus esfuerzos, si este se comporta bien. Seres que piensan, rígida y equivocadamente, que es deber del propio niño cumplir correctamente y a tiempo todas sus operaciones.


3º Siendo personas rígidas, éstas adoptan gestos, aficiones e intereses que tratan de imponer a toda costa a los demás miembros, mientras asignan cerradamente sus criterios a los demás destruyendo la comunicación y la expresión natural y personal de cada uno y con ello, anulan su desarrollo como persona.


4º Tampoco saben cómo discutir abierta y naturalmente los problemas que aquejan al grupo familiar y se recurre, entonces al mecanismo de negar u ocultar los problemas graves. Se imponen sutil o abiertamente prohibiciones o tabúes dentro del grupo, se desarrolla una sobreprotección melosa que impide que el niño pueda aprender de sus propios errores. El sentimiento de fracaso de los padres en su tarea puede llevarlos, y muchas veces lo tienen de antes, a un vacío interior y a un estado de angustia que suelen paliar a través de consumo de tranquilizantes, alcohol o drogas, o a comportamientos adictivos, como son el trabajo excesivo, el comer en exceso, o la actividad sexual promiscua --- lo que, por sí, sólo agrava el problema. Cuando el vacío es mayor, y se produce un distanciamiento anormal y el abandono real del niño, la familia se quiebra y se descompone y se pierden los objetivos vitales.


Desorden de roles y sentimiento de abandono emocional


5º Dentro de una familia disfuncional se produce un desorden y confusión de los roles individuales, llegándose a una real inversión de papeles por lo cual los padres se comportan como niños y éstos recibiendo exigencias de adultos, se siente obligados a confortar a sus inmaduros padres y al no lograr hacerlo, los niños se sienten culpables de los conflictos de los mayores.
Se esfuma así la inocencia, la creatividad, la transparencia de la niñez y se desarrollan actitudes de culpabilidad, fracaso, resentimiento, ridículo, depresión, auto-devaluación e inseguridad ante el mundo social que les rodea.


6º Cuando un niño se desarrolla dentro de una familia disfuncional lo que más siente es el abandono emocional y la privación. Cuando esto sucede, el niño responde con una vergüenza tóxica muy arraigada que engendra ira inicial, ya que no hay nadie que lo acompañe y se dé cuenta de su dolor. En estas familias los niños sobreviven acudiendo a todas las defensas de su ego y su energía emocional queda congelada y sin resolver.


7. Cuando los padres toman conciencia que contaminan sus vidas con arranques de ira, reacciones exageradas, problemas conyugales, adicciones, paternidad inadecuada, miedos y relaciones dolorosas y nocivas, tienen que asumir conscientemente sus propias limitaciones como personas y buscar ayuda en otras personas sanas, ya sean familiares o amigos o terapeutas que tengan condiciones personales para ayudar de manera segura y eficaz.
Entendemos por personas sanas aquéllas que entre otras características saben escuchar, aceptan sin juzgar, son claras, y en las relaciones, no son competitivas ni generan mensajes conflictivos.

martes, 11 de agosto de 2009

DEPRESION MAYOR.


Diagnóstico

Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa. ¿Cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, cuál es su intensidad? Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados y qué tratamiento se dio.

El médico también debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia. ¿Algún pariente ha tenido depresión y si fue tratado, qué tratamientos recibió y qué tratamientos fueron efectivos?

Por último, una evaluación diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar si los patrones de habla, pensamiento o memoria se han afectado, como pasa algunas veces en el caso de enfermedad depresiva o maníaco-depresiva

A continuación se describen los patrones que el médico determina para diagnosticar los trastornos depresivos:

Depresión mayor. Aparecen al menos cuatro de los siguientes síntomas y durante más de dos semanas: alteración del apetito, del sueño, de la actividad psicomotora, del funcionamiento cognitivo, de la energía física, pérdida de la sensación de placer, sentimientos de culpa e ideación suicida.

Son frecuentes los antecedentes personales de episodios depresivos similares (50%) o de otras características, así como de ansiedad o angustia. Igualmente es frecuente encontrar antecedentes familiares de depresiones mayores, trastornos bipolares o alcoholismo; y antecedentes biográficos de ambientes familiares caóticos o pérdida de algún familiar en edades tempranas.

Trastorno bipolar, fase depresiva. En la evolución previa de la enfermedad han existido uno o varios episodios de características maníacas. En sus antecedentes familiares aparecen con muy alta frecuencia trastornos bipolares o unipolares.

Trastorno distímico. Coincide aproximadamente con los diagnósticos clásicos de neurosis o personalidad depresiva. Los síntomas son menos intensos pero más crónicos y responden peor a los medicamentos. En sus antecedentes destacan síntomas neuróticos desde la infancia, así como conflictos permanentes en las de relaciones interpersonales. También pueden existir ambientes familiares conflictivos.

Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo. Surge desencadenado por un estrés claramente identificable que ha tenido lugar en las últimas semanas. La reacción desaparece bien por desaparecer el suceso desencadenante o por alcanzar el paciente un nuevo nivel adaptativo en su funcionamiento.

miércoles, 8 de julio de 2009

La salud mental es una de las cuestiones que más influencia genética tiene.




La presencia de un pariente enfermo aumenta la probabilidad de que otros miembros de la familia padezcan ese mismo trastorno. Sin embargo, no siempre se saca todo el potencial a esta información. Según un trabajo publicado en 'Archives of General Psychiatry', los antecedentes familiares son predictivos del mal pronóstico de un paciente psiquiátrico.

"Existe la necesidad de ir más allá y probar si la historia familiar está también asociada con determinadas características clínicas relacionadas con la gravedad del trastorno", escriben los autores. La investigación, realizada por el Instituto Duke de Política y Ciencias del Genoma (EEUU) en colaboración con otras organizaciones, se centraron en cuatro patologías: depresión mayor, ansiedad, dependencia del alcohol y de drogas.

Seleccionaron a 981 neozelandeses nacidos entre 1972 y 1973 y siguieron su evolución, recogiendo información sobre su salud física y mental y sus estilos de vida, desde que cumplieron los tres años de edad. Cuando alcanzaron los 32 años, los autores recabaron datos sobre la historia médica de los padres biológicos, los abuelos y hermanos mayores de 10 años.

Además de la ya conocida relación entre la presencia de antepasados afectados por un trastorno mental y el aumento del riesgo de sufrirlo, el estudio determinó que la historia familiar estaba asociada con la recurrencia, una mayor discapacidad causada por la enfermedad y un mayor uso de los servicios médicos, según relatan los autores.

Una cuestión importante de cara a la terapia

Debido al estigma que rodea a estas patologías, al desconocimiento o a las consecuencias que tienen sobre los pacientes (los depresivos son más pesimistas, los hiperactivos son inatentos...), indagar en los precedentes familiares de un individuo no siempre es fácil. Aunque, al menos en nuestro país, "estos ocupan la segunda línea de todo informe psiquiátrico", explica a elmundo.es Francisco Montañés, jefe de Psiquiatría del Hospital Fundación de Alcorcón.

Según los autores, la historia clínica se puede usar para identificar a aquellos que precisan una intervención temprana o un tratamiento más agresivo. Pero, además, también es importante de cara a la terapia, recalca Montañés. "La presencia de familiares con una patología psiquiátrica puede interferir en el manejo del paciente, como sucede, por ejemplo, con los niños con trastornos por déficit de atención e hiperactividad cuyos padres son, a su vez, inatentos", señala este especialista.

En contra de lo que señalan los responsables del trabajo publicado en 'Archives of General Psychiatry', que critican que los antecedentes familiares se tengan muy poco en cuenta en las consultas psiquiátricas, Montañés afirma que sí se recogen y valoran, aunque a veces los recursos disponibles no permiten ir más allá en la labor del experto, añade.

"Desde el punto de vista de la salud pública, la historia familiar es útil para determinar que pacientes tienen el peor pronóstico [...] Es decir, identificaría a un subgrupo que necesita intervención temprana y tratamiento adecuados para una enfermedad recurrente y muy incapacitante", concluye el estudio.


http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/07/08/psiquiatriainfantil/1247058943.html


http://archpsyc.ama-assn.org/

martes, 30 de junio de 2009

WEB SOBRE FOBIA SOCIAL.


A propósito de la anterior entrada les indicamos la dirección de una web especializada en esos temas:

http://www.fobiasocial.net/

martes, 23 de junio de 2009

FOBIA SOCIAL


La fobia social o ansiedad social es un trastorno psicológico del espectro de los trastornos de ansiedad. Como cualquier fobia, se centra en el miedo mayor o menor (suele ser grave para considerarse fobia) frente a varios tipos de situaciones, entre las que destacan:

  • Encuentros inesperados con conocidos, familiares, amigos, etc.
  • Reuniones sociales en las que tendrá que relacionarse.
  • Mantener fija la mirada con alguien.

Estas situaciones y otra serie de sucesos hacen que el que la padezca se sienta inseguro, acechado, incómodo, con sensaciones intensas y desagradables acerca de lo que pueden estar hablando de él (cierta paranoia).

Se suele desarrollar en la juventud, después de la adolescencia. Su aparición es mucho más común de lo que se piensa popularmente, y no hay que considerar esta fobia como extraña. Aceptarlo abiertamente en público es el mejor modo de comenzar a superarlo, para poder intentar sentirse mejor comprendido y de ese modo, aminorar la angustia.

La intensa ansiedad y angustia en situaciones de desenvolvimiento social, resulta especialmente perturbadora en los jóvenes, para quienes es de capital importancia la pertenencia a un grupo o el inicio de relaciones laborales y de pareja. En un intento de aliviar sus síntomas, descubren y utilizan, una y otra vez, el efecto desinhibidor del alcohol (“voy a tomar algo fuerte para darme coraje”), ansiolitícos y otros tóxicos.

Quienes padecen de fobia social experimentan un temor exagerado a ser objeto de juicios negativos por parte de otros. Es por ello que evitan de modo constante un gran número de actividades de orden social ya que cuando se exponen a las mismas sufren una gran tensión y síntomas tales como rubor, palpitaciones, transpiración profusa y temblor. Las situaciones temidas pueden ser o numerosas, y en este caso se trata del subtipo generalizado (concurrir a fiestas o reuniones, conocer gente nueva, participar de pequeños grupos de trabajo, realizar conquistas amorosas) o únicas y específicas, subtipo discreto (dar un discurso, actuar frente al público, ir al baño cuando hay personas en el ambiente contiguo)

El 39,6% de las personas con fobia social presentan abuso de sustancias. Téngase en cuenta la importancia que este dato reviste, dado que gran parte de quienes la padecen son personas jóvenes, que presentan así un alto grado de vulnerabilidad a desarrollar una adicción. Este abuso o dependencia de sustancias y/o alcohol, como una forma de automedicarse, disminuye los niveles de ansiedad de los pacientes gracias a la desinhibición que el alcohol produce. Además, estudios realizados revelaron un promedio de 32% de fobia social en poblaciones de alcohólicos, un porcentaje casi tres veces mayor que en la población general.

Tratamiento:


La fobia social suele presentar una muy buena respuesta a la Terapia Cognitiva-Conductual (TCC), en sus variantes individual y grupal. Es fundamental que los mismos sean llevados a cabo por personal altamente entrenado.

En gran parte de los casos está indicado también el tratamiento psicofarmacológico, que suele lograr respuestas donde la TCC sola no lo logra, además de acortar los tiempos de evolución.

Como toda fobia, también se requiere de la voluntad de la persona para salir de esta y enfrentar situaciones que normalmente no enfrentaría.


viernes, 5 de junio de 2009

ASTENIA PRIMAVERAL - SÍNTOMAS Y SOLUCIONES.

Síntomas de la astenia primaveral

  • Tristeza inexplicable.
  • Irritabilidad.
  • Falta de apetito.
  • Cierta pérdida de memoria.
  • Tensión arterial baja.
  • Tono vital bajo.
  • Ausencia de interés sexual.
  • Dolor de cabeza y malestar general.
  • Debilidad muscular para hacer cualquier esfuerzo.
  • Cansancio.

Pautas para afrontar la astenia primaveral

  • Dormir todo el tiempo necesario.
  • Practicar ejercicios de relajación.
  • Hacer ejercicio.
  • Seguir una alimentación a base de alimentos energéticos: dátiles, frutos secos, plátanos, legumbres, pastas, chocolate.

Complementos dietéticos para la astenia primaveral

  • Jalea real: actúa como estimulante, tonificante y euforizante, por ello resulta muy eficaz en los estados de astenia, fatiga mental y física.
  • Polen: tiene propiedades equilibrantes, vigorizantes y energéticas.
  • Levadura de cerveza: contiene vitaminas del grupo B.
  • Oligoelementos: como el cobre, fósforo, hierro y manganeso de gran ayuda en estados de fatiga y astenia.

Fitoterapia para la astenia primaveral

  • Guaraná (paullinia cupana): es una planta de la selva amazónica, cuyo fruto rico en calcio, fósforo, potasio y magnesio tiene propiedades antidepresivas y estimulantes físicas y psíquicas.
  • Ginseng (panax ginseng): incrementa la vitalidad, la actividad mental y fortalece el estado físico.
  • Jengibre (zengiber officinale): esta planta de olor agradable y sabor picante tiene poder estimulante que produce vitalidad y bienestar.
  • Eleuterococo (Eleutherococus senticosus): es una planta de origen siberiano de la familia de los ginseng, tiene un efecto estimulante, aumenta la memoria y el apetito y prepara el organismo para resistir mejor el esfuerzo.
  • Maca (Lepidium peruvianum): es un tubérculo que se cultiva en los Andes peruanos. Por su alto contenido en hierro, fósforo, calcio e hidratos de carbono es un excelente vigorizante y reconstituyente recomendado en casos de agotamiento físico y psíquico.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa.


http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=773