miércoles, 20 de mayo de 2009

Científicos descubrieron el gen de la ansiedad


Científicos descubrieron el gen de la ansiedad

Hallaron que las personas con una determinada variación frecuente de ese gen tendían a tener una respuesta exagerada Las variaciones en un gen que regula la dopamina en el cerebro explicarían por qué algunas personas son más propensas que otras a desarrollar ansiedad, sugiere un nuevo estudio.

El gen COMT controla una enzima que descompone a la dopamina en el organismo. Un equipo de investigadores alemanes halló que las personas con una determinada variación frecuente del gen tendían a tener una respuesta exagerada, que podría aumentar su vulnerabilidad a los desórdenes de ansiedad.

Los resultados, publicados en Behavioral Neuroscience, se unen con estudios previos que identificaron una relación entre la variación genética y el aumento del riesgo a desarrollar trastornos de ansiedad.

"Esta única variación genética es quizás la única de muchos factores que influyen sobre un problema tan complejo como la ansiedad", comentó el autor principal del estudio, doctor Christian Montag, de University of Bonn, a través de un comunicado de American Psychological Association.

"Aun así, identificar a los primeros candidatos entre los genes asociados con una tendencia a la ansiedad es un paso en la dirección adecuada", agregó. El equipo opina que comprender los fundamentos genéticos de la ansiedad y de otros trastornos psiquiátricos permitirá mejorar los tratamientos.

Para analizar la relación entre las variaciones del gen COMT y el reflejo exagerado de sobresalto, el equipo dirigido por Montag reunió a 96 jóvenes alemanas de cerca de 22 años.

Existen dos variaciones principales del COMT, la Val158 y la Met158. La mitad de la población porta una copia de cada variante; la otra mitad, 2 copias de la Val (25 por ciento) o 2 copias de la Met (25 por ciento).

Los portadores de 2 variantes Met registran el nivel más bajo de actividad en el gen COMT, lo que indica que descomponen la dopamina más lentamente y, por lo tanto, tienen niveles más altos de la sustancia química en los centros cerebrales que regulan la emoción. Según el nuevo estudio, esas personas tienen también una respuesta más exagerada de sobresalto.

Para medir el reflejo exagerado, el equipo les colocó a las mujeres electrodos para medir la actividad en los músculos oculares mientras miraban distintas imágenes en una pantalla de computadora; algunas eras placenteras (bebés y animales, por ejemplo), otras eran emocionalmente neutrales y algunas no eran placenteras (imágenes de armas o personas lastimadas).

Mientras las mujeres miraban las imágenes, sonaba al azar un ruido blanco que activaba el reflejo de sobresalto, que en este caso se midió a través de la actividad en los músculos oculares. El equipo halló que cuando les mostraba a las mujeres una imagen no placentera, las portadoras de 2 variantes Met del gen tenían una respuesta de sobresalto más fuerte que las portadoras de por lo menos 1 variante Val.

Los autores opinan que un mayor nivel de dopamina en el cerebro haría que los portadores de la variante Met se sientan más vulnerables a las amenazas del entorno o no puedan distraer su atención de esas amenazas.

Según Montag, la variante Met es relativamente reciente en términos evolutivos y sólo está presente en los seres humanos.

Opina que la variación genética le proporcionó al ser humano "el nivel de alerta necesario" para protegerse en un mundo amenazante. "Era una ventaja ser más ansioso en un entorno peligroso", destacó.

lunes, 4 de mayo de 2009

Consumo de cocaína y daño neuropsicológico. Implicaciones clínicas.


El consumo de cocaína es un problema de interés mundial, no sólo por la alta prevalencia de su presentación, sino también por las graves repercusiones médicas y sociales que conlleva. El cerebro es uno de los órganos más directamente afectados por el consumo de cocaína, que causa en él daño vascular pero sobre todo alteraciones en receptores y neuromoduladores que tienen una grave repercusión en el funcionamiento cognitivo del paciente.

Estas alteraciones tienen un papel esencial en la conducta social del individuo y en su funcionamiento diario, así como en la perpetuación de la adicción y en el pronóstico evolutivo. Condiciona, además, los resultados terapéuticos y el tipo de intervención de manera definitiva.

Este trabajo trata de resumir y actualizar las evidencias existentes en torno al daño neuropsicológico causado por el consumo de cocaína, su impacto funcional e implicaciones clínicas, así como la cuestionada reversibilidad con la abstinencia continuada.

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